El incontenible apetito de operar sumado a la capacidad de convencimiento que tiene junto con la falta de ética, le entregan excelentes beneficios económicos al gigante bolsillo que posee Boris Bajaire, a quien no le importa pisotear la calidad de vida de quien cae en sus garras, realizando operaciones innecesarias con resultados desastrosos, como fue mi caso.
Lo veo difícil, porque en mi caso, Boris Bajaire me quiere inducir a una nueva operación para continuar nutriendo su bolsillo y mantener un conejillo para cumplir compromiso con sus estudiantes, cuando el concepto de reconocidos y destacados retinólogos es que el daño causado no es reparable.